La transpiración le recorre la frente y se puede sentir su miedo, pero el sigue ahí, no se va. Una persona normal en su lugar saldría corriendo, pero el no. Yo ya le he echo mucho daño.
Estoy frente a frente con el. Me doy cuanta de que me reconoce, sabe quien soy. Pero al parecer eso no le basta para temerme.
El lentamente se va acercando y pasivamente me empieza a hacer cariño. Me dice que este tranquila , que nada va a pasar, pero yo se que en el fondo de su ser, el me teme.
El lo sabe, sabe que yo no podría hacerle daño intencionado, pero hablando de daños, sí, definitivamente le he echo daño. Tengo que escapar de el, y ¿por qué? porque quiero alejarme de toda posibilidad de herirle.
En si, yo soy un peligro. Empiezo a correr y escucho sus gritos... El quiere que vuelva, pero no, no volveré, moriré sin el... y todo esto por el miedo que me tengo a mi misma.Porque soy un animal descarriado. Porque al acercarme a la gente que quiero les hago más daño.
No hay comentarios:
Publicar un comentario