sábado, 20 de noviembre de 2010

Al abrir los ojos, vi la luz del sol brillar en el agua, también vi las copas de los arboles haciendo sombra en la espesa hierva que bailaba bajo mis pies. Al escuchar, oí la dulce canción de los pájaros al volar  y también oí al viento pasar por entremedio de los árboles y plantas llegando a mis oídos.
Era todo maravilloso, todo brillante, parecía fantasía.

De repente se escuchó un grito: AAAH!!! , sabía que no todo podía ser perfecto, di la vuelta y ahí estaba ella, la monstruosa señora Hook. La señora Hook era mi terrorífica ama de llaves, una torpe chica que se escandalizaba por todo.

Nina, como yo le llamaba, era una estudiante de arte que, como no tenía dinero ni hogar, yo le cedi el puesto de ama de llaves. Yo nunca tuve una sirvienta asique no sabía cómo tratarla. Ella me seguía a todas partes de mi mansión, no sé si por temor a perderse o por temor a que yo me perdiera.

En ese momento estábamos en el jardín y mientras yo miraba el paisaje ella bordaba, al darme vuelta la vi tirada en el suelo junto a Tom. Tom era mi perro, un rottweiler muy cariñoso.

¡¡Fuera Tom!! Dije y el perro se fue con la cabeza gacha. Nina, con la cara aun deformada por el espanto, dijo: Me rindo, no puedo estar un día más en este lugar. Y se fue.

Yo, aturdida por su reacción, pensé en seguir a Nina y rogarle que perdonara a Tom, pero luego reaccione ¡Nina era la sirvienta y si se quería marchar que se fuera! Yo siempre fui feliz sola.

Y en eso me di la vuela y continué mirando la luz del sol brillar en el agua y las copas de los arboles haciendo sombra en la espesa hierva que bailaba bajo mis pies. Olvidando que algún día vino la horrorosa señora Hook a estorbar la paz y la tranquilidad que se sentía en mi jardín.

viernes, 19 de noviembre de 2010

En solitario

Me siento terriblemente cansada por correr tanto, he estado corriendo por mucho tiempo, sin saber a dónde voy ni donde estoy.

Si miro a mi alrededor veo que hay un millón de arboles, y al escuchar, siento pisadas cerca de mí. Sigo corriendo aunque no se dé que escapo pero tengo la sensación de que si veo que es lo que me persigue pasara algo terrible.
De improviso veo casas a los costados de un camino que tomo sin pensar, son casas de todos los colores y tamaños, había casas que le sacarían una sonrisa a cualquiera que las mirara, pero mientras más se adentraba en aquel tipo de condominio, las casa se hacían más tristes y misteriosas, y al mirar atrás solo se veía oscuridad y las casas de alegras colores habían desaparecido. Pero aquella presencia seguía a mis espaldas aunque no lograba distinguirla en aquella densa oscuridad.
Se sentía húmedo el ambiente y hacia un calor sofocante, aun asi, de un momento a otro sin que ni siquiera diera cuenta de aquello, se puso a llover y el cielo se empezó a oscurecer
Me sentí desfallecer, pensé que en cualquier momento caería y me rendiria, que la malvada presencia se adueñaría de mi ser, sin dejarme ni otra salida que arrojarme a sus pies (si es que tenia pies). Pero no podía caer, no porque si caía o me rendía ante aquella presencia, no volvería a ver a los que más quería.
En ese momento me puse a pensar en las personas que más quería, como mamá que aunque a veces se ponía histérica y me desesperaba, la quería más que a cualquier otra persona en el mundo. Pensé en mi padre que, orgulloso y todo lo demás siempre me escucho y aconsejo muy sabiamente. Igualmente pensé en mis dos hermanos, en que nunca más iba a tener esas ridículas peleas que continuamente teníamos. Y por todas esas personas no podía caer, les daba mucha importancia como para perderlas por solo cansancio.
Siento que la ropa me pesa por la lluvia, y me fijo que llevo puestos una polera roja y una falda blanca que ahora, manchada por el barro producido por la lluvia, parecía café.
Lo blanco siempre me gusto, para mi es mi color favorito y antes significaba paz y tranquilidad cosas que nunca tuve en sus totalidades.
Miré mis pies y ví que estaban heridos, manchados en sangre, segura mente al correr no me fije en lo que pisaba y el dolor que sentía. Aunque segui corriendo quería cerrar mis ojos ,y al cerrarlos me di cuenta de que sientía dolor en todo mi cuerpo: pies, piernas, manos, brazos, cara, el dolor era casi insostenible. Sientía que me costaba respirar y que el corazón se me detenía. Piensé que estaba completamente sola. Pensé en todas las veces que quisé estar sola pero ahora me doy cuenta que la soledad es atroz y horrible que si alguna ves pensé estar sola fue una misera ilusión de lo que en realidad es estarlo. Pero ahora que estoy en esta situación me doy cuenta de lo que es. Me fije que lloraba y con tonto orgullo trate de evitarlo. Pero pense que estaba sola y que, ¿para qué evitarlo si estoy sola? ¿Por qué no desahogar todas las penas que me guarde, solo para que pensaran que era fuerte?.
Llore como hace mucho tiempo no había llorado, no ese tipo de llanto de niño, llorando por un juguete deceado, llore con amargura por todo lo que me perdi o por lo que no alcance a ver, llore por mi familia y por mis amigos.
Y de pronto sienti que caia, como si el mundo fuera un precipicio sin fondo por el que acababa de caer, sentia ganas de gritar. ¿Estaré muerta? Pero mi pregunta no tenia respuesta. Grite, pedi ayuda y pregunte si havia alguien, pero no, no havia nadie que estubiera cerca como para que me escuchara.

Abro los ojos y solo veo negro, grite nuevamente y se oyo el eco de mi vos. ¿será un sueño? ¿dónde están las cosa? Es como si estuviera en el vacio sin nadie que me diera compañía.
Cerré los ojos de nuevo y pensé que por lo menos me haría compañía a mi misma y pensaría en las cosas que antes no pensé con más lentitud.
Me desesperé y no aguanté más con los ojos cerrados y los abri con la tremenda curiosidad de si seguia estando en el mismo lugar.
Pero cuando abri los ojos en ves de oscuridad y noche me encuentro con día y luz.