Al abrir los ojos, vi la luz del sol brillar en el agua, también vi las copas de los arboles haciendo sombra en la espesa hierva que bailaba bajo mis pies. Al escuchar, oí la dulce canción de los pájaros al volar y también oí al viento pasar por entremedio de los árboles y plantas llegando a mis oídos.
Era todo maravilloso, todo brillante, parecía fantasía.
De repente se escuchó un grito: AAAH!!! , sabía que no todo podía ser perfecto, di la vuelta y ahí estaba ella, la monstruosa señora Hook. La señora Hook era mi terrorífica ama de llaves, una torpe chica que se escandalizaba por todo.
Nina, como yo le llamaba, era una estudiante de arte que, como no tenía dinero ni hogar, yo le cedi el puesto de ama de llaves. Yo nunca tuve una sirvienta asique no sabía cómo tratarla. Ella me seguía a todas partes de mi mansión, no sé si por temor a perderse o por temor a que yo me perdiera.
En ese momento estábamos en el jardín y mientras yo miraba el paisaje ella bordaba, al darme vuelta la vi tirada en el suelo junto a Tom. Tom era mi perro, un rottweiler muy cariñoso.
¡¡Fuera Tom!! Dije y el perro se fue con la cabeza gacha. Nina, con la cara aun deformada por el espanto, dijo: Me rindo, no puedo estar un día más en este lugar. Y se fue.
Yo, aturdida por su reacción, pensé en seguir a Nina y rogarle que perdonara a Tom, pero luego reaccione ¡Nina era la sirvienta y si se quería marchar que se fuera! Yo siempre fui feliz sola.
Y en eso me di la vuela y continué mirando la luz del sol brillar en el agua y las copas de los arboles haciendo sombra en la espesa hierva que bailaba bajo mis pies. Olvidando que algún día vino la horrorosa señora Hook a estorbar la paz y la tranquilidad que se sentía en mi jardín.
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